Es la vida que me alcanza...

 


Acabo de cumplir 54 años, y lejos de que me duelan las rodillas, exhalo. Empiezo a sentir que, pese a que estamos corriendo todo el tiempo, llega un momento en que la vida, nos alcanza. La cabrona, tomó un atajo y nos sorprende en el otro extremo.

Ahora, hagas lo que hagas, no hay escapatoria, nunca la hubo, pero fingimos con la juventud recién estrenada que la teníamos. El corazón empieza a aburrirse y los ojos a revolotear, los sentidos preguntan ¿Qué más? ¿Y ahora qué?, hay tiempo y a la vez, se siente la escasez. 

Es la vida que nos atrapa, el tiempo que hace que no nos vemos, las cosas que nunca compartimos, los recuerdos que se destiñen, lo cotidiano que gana fuerza, los sueños que se fueron caminando, la nostalgia abrumadora, el estrés de cada mes, el sinsentido que da vueltas, el para qué que se pronuncia con más fuerza.

54 años, y sumando... y pensando en todo lo que nunca voy a experimentar. Todo lo que no me perteneció, lo que jamás gravitó hacia mi. Igual, que en la historia de otros, pero ahora me importa solo la mía.

Conciencia de saber, que nunca sabré lo que es.... suspiro.
Estoy adaptada.
Es natural.
Solo de vez en tanto, surge esa cosquilla mustia de ¿Qué hubiera sido de mí si....?

Es la vida que me alcanza....con sus arrebatos, su despojos, sus desencuentros, sus imponderables...

Lo mejor de vida, quedó suspendido en el ayer... y ahí... siempre estás vos...

                                                                                                                                                    Chuchi

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