¿Has escuchado alguna vez hablar de Ho’oponopono? Refiere a
una tradición hawaiana de resolución de conflictos que en la actualidad se
practica como un arte de auto identidad para borrar memorias dolorosas.
Las memorias son información que recibimos del inconsciente
colectivo de la humanidad, de la sociedad en la que nacimos, del género al que
pertenecemos, y del árbol familiar.
Todas aquellas situaciones que todos estos
han vivido y resultado frustrante, temerosas, o han puesto en riesgo su vida
son heredadas como recursos de supervivencia, es decir, para mantenernos vivos;
para que sepamos como actuar, que hacer, que omitir.
Las memorias son el bagaje de nuestra mente subconsciente que
es la que comanda la vida tal cual observamos a través de los ojos del cuerpo y
de la mente racional.
Tienen emociones que a menudo generan boicot en nuestros
sueños, postergación, conflictos en las relaciones amorosas. Los principales
sentimientos que portan son el miedo y el no merecimiento que se presentan en
la realidad a través de situaciones que se repiten una y otra vez, una y otra
vez. Pensamientos recurrentes, experiencias que regresan desde el pasado con
más fuerza. Entiendes de lo que hablo, ¿verdad? ¿Cuáles son esas situaciones
que en tu vida van, vienen, y se quedan? ¿Problemas de sobrepeso? ¿Mala suerte
en el amor? ¿Inestabilidad económica? ¿Enfermedades? ¿Pésima relación con tus
padres? O ¿Tus hijos? O ¿Tus suegros?
¿Te das cuenta que cuando se presentan los “problemas”
siempre estás presente? ¿Qué querrá decir eso? ¿Casualidad? O ¿Mensaje?
Si
haces una lista de lo que te conflictúa, y la lees a conciencia, descubrirás
que siempre es lo mismo lo que te desestabiliza, que cambia de escenarios y
personajes, pero siempre es el mismo tema.
Puede que sea escasez y lo vivencias
como “en el trabajo no me dan el lugar que me corresponde” “mi pareja no me
dedica tiempo” “cuando tengo dinero me lo gasto enseguida” “ La dieta no me
funciona” “Mis hijos nunca me hacen caso de lo que les digo” “ Siempre me toca
lo que mis hermanos no hacen” Lee bien parecen diferentes cosas, y sin
embargo, es la misma con diferente caras.
Esta experiencia de “escasez” habla
de que tienes una memoria, que no importa de dónde viene, si es de tu infancia,
tu gestación, tu concepción, herencia ancestral o cualquier otra; lo que
interesa es que esa memoria tiñe tu realidad con su perfume de “falta algo” “me
resulta insuficiente” “soy insuficiente” “no puedo” “no tengo” y te lleva a
vivir en la dimensión de lo emocional: sufrimiento, miedo, inseguridad.
Si
observas lo que se repite, como carrusel, es una memoria, que se viste de
mensajero para notificarte “por aquí no quieres seguir el camino”.
Escúchala. Y
en lugar de resistirla o negarla, abrázala ¿Cómo? Hay muchas técnicas para
ello, hoy vamos a dejarte las cuatro palabras maravillosas de uno de los tantos
recursos de ho'oponopono auto-identidad: Perdóname por favor, lo siento, gracias, te amo
Esas palabras son de alta frecuencia energética y te llevaran
con la sola repetición, constante y continua a un estado de paz. Las puedes decir en ese orden, o en otro,
incluso puedes escoger solo alguna de ellas y no recitar las 4. Son como
mantras que, al decirlos renuncias al espacio y tiempo, por lo que llevas a tu
mente a un estado de presente absoluto, donde aquellas sensaciones incomodas no
tienen cabidas. Cuando llegue algo que te resulte doloroso, cuando veas en la
calle algo que te inquiete, practica este mantra, y hallarás una profunda
plenitud.
Recuerda que la practica hace al maestro. Puedes practicarlo
en cualquier ocasión. Con el tiempo verás que las cosas han cambiado, porque tu
ya no eres la misma.
Chuchi
Gonzalez
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